El sistema de transporte masivo en el área metropolitana de Bucaramanga, a pesar de ser concebido como una solución integral para mejorar la movilidad y la calidad de vida de sus habitantes, ha enfrentado una serie de desafíos que han llevado a su rotundo fracaso. Este análisis crítico se centra en las causas subyacentes de esta problemática, teniendo en cuenta factores sociales, políticos y operativos que han influido en su desarrollo.

1. Falta de Planeación Integral:

Uno de los principales defectos del sistema fue la falta de una planeación adecuada y de largo plazo. El diseño del sistema no tomó en cuenta las necesidades reales en cuanto a la movilidad de la población, evidentemente no existió un estudio certero de las necesidades de desplazamiento origen-destino de los usuarios de cada sector y un comparativo con relación a las necesidades que mínimamente cubrían las rutas convencionales de transporte colectivo; Implementaron el sistema sin tener en cuenta el crecimiento demográfico del área metropolitana. En lugar de abordar las deficiencias del viejo sistema de transporte, se implementó un modelo que no lograba adaptarse a la dinámica de la ciudad ni a las demandas de los usuarios, resultando en rutas ineficientes y una cobertura demasiado limitada.

Lo anterior se vio reflejado en la operatividad del sistema y su distribución de cargas, la operación de la movilidad se prestó por dos (2) operadores que a su vez estaba compuesta por diferentes empresas de transporte, conocidas como operadores, las rutas eran asignadas por el área metropolitana de Bucaramanga; estos empresarios del transporte colectivo de pasajeros, venían con la experiencia de cobro por pasajero movilizado, Metrolinea les pagaría por kilómetro recorrido, con el tiempo y ante la falta de rentabilidad vino la dilatación en las frecuencias y paradas en detrimento de un servicio ya cuestionado.

Las tarjetas electrónicas recargables para acceder al sistema, aparentemente para permitir un acceso más fluido y ágil al servicio; al final no se encontraban los suficientes puntos en donde recargarlas, ante el incumplimiento en los pagos por parte del operador de este componente del sistema y mínimo lucro en la prestación de este servicio.

La falta de planeación en la articulación en los procesos, de los diferentes operadores del sistema, movilidad, tarjetas, recargas, parte administrativa, y la misma área metropolitana de Bucaramanga, como autoridad de transporte y a la vez socia del sistema, quedo en evidencia ante la muerte anunciada de la liquidación.

2. Inversión Insuficiente y Corrupción:

La ejecución del proyecto estuvo marcada por irregularidades y desvío de recursos. Así lo evidencia las investigaciones de tipo disciplinario, fiscal y penal que hoy cursan en las diferentes entidades de control, La falta de transparencia en la asignación de fondos y contratos llevó a obras mal ejecutado, infraestructura insuficiente y vehículos en condiciones deficientes. Esta corrupción no solo minó la confianza de los ciudadanos, operarios, que veían como cada catorcena se acumulaba más lo adeudado por Metrolinea, mientras a ellos los bancos los acosaban por el pago de los vehículos que habían aportado para la operación, esto también afectó la calidad del servicio proporcionado.

El pago de una nómina muy alta en comparación con los salarios que se pagan en otras entidades públicas nunca fue acorde con los resultados financieros de la entidad.

3. Desconexión con la Comunidad:

El sistema fue diseñado y promovido sin un diálogo efectivo con los usuarios potenciales. Las autoridades no consideraron las opiniones y experiencias de los ciudadanos que realmente dependen del transporte público y de los cuales también depende el transporte público, en este caso de los cuales dependería el sistema de transporte masivo. Esta desconexión resultó en una falta de apropiación del sistema por parte de la comunidad, que lo veía como un proyecto impuesto y ajeno a sus realidades.

4. Falta de integración de los dos sistemas:

Era imprescindible la coexistencia de empresas de transporte tradicionales junto al sistema de transporte masivo, sin embargo esto generó una competencia desleal, ya que a la fuerza, sin socialización, retroalimentación, interlocución, o como lo quieran llamar, sin contar con los usuarios, de tajo el área metropolitana opto por sacar de las vías las rutas convencionales, presionando el uso de los vehículos de transporte masivo. Entonces, mientras algunos usuarios optaban por continuar en las escasas rutas convencionales, los buses del sistema de transporte masivo no lograban captar el número esperado de pasajeros Esta situación se vio agravada por la falta de un plan claro para la integración de ambos sistemas.

5. Gestión Ineficiente:

La gestión operativa del sistema ha sido deficiente. La puntualidad, frecuencia y calidad del servicio han sido recurrentemente señaladas como problemáticas. La falta de mantenimiento y la escasez de recambios para los vehículos; “pero como se le hace mantenimiento a los vehículos o recambio de los mismo si con lo que metrolinea nos paga no alcanza ni para pagarle a los conductores, se escuchó decir a un gerente de los operadores en una sesión de un cabildo municipal “todo esto provoco trauma en la movilidad colectiva y por consiguiente malestar en los usuarios, quienes encontraron en el servicio una experiencia negativa, recurriendo preferiblemente a la informalidad.

6. Incumplimiento:

En la revisión de los documentos COMPES se puede evidenciar que mucho de lo que se ofreció para el área metropolitana de Bucaramanga en cuanto a transporte masivo y en lo que basaron su aprobación los cabildos municipales para autorizar a los alcaldes a ingresar a este sistema no se cumplió en la implementación y de lo poco que se implementó  se fue desdibujando con el deterioro del mismo.

6. Retos Sociales:

El sistema de transporte masivo no logró abordar adecuadamente las necesidades de movilidad de todos los estratos sociales. La imposición al uso del sistema, la percepción de exclusividad y la falta de rutas esenciales comparado con el transporte tradicional hizo que muchos ciudadanos se sintieran excluidos, generando así una resistencia al uso del mismo.

Conclusión: El sistema de transporte masivo en Bucaramanga representa un claro ejemplo de lo que ocurre cuando la planeación, la inversión, la gestión y sobre todo la inclusión social no se articulan de manera eficiente. Aunque lo que la comunidad del área metropolitana  pide a gritos es el regreso de las rutas convencionales, es claro que los dos sistemas, colectivo y masivo de pasajeros pueden subsistir y hasta complementase para prestar un servicio de calidad,  llenando las expectativas de movilidad del área metropolitana, sin embargo, para revertir este fracaso es vital establecer un verdadero compromiso de las autoridades para reestructurar el sistema, tomando en cuenta las lecciones aprendidas y priorizando el bienestar de la población. Se requiere una visión holística que involucre a la comunidad, garantice transparencia en la inversión y que se comprometa a ofrecer un servicio de calidad que responda a las necesidades reales de los ciudadanos. Solo así el transporte público podrá recuperar la confianza de los usuarios y convertirse en una herramienta efectiva para la movilidad en el área metropolitana de Bucaramanga.

Claro antes un gran interrogante ¿Quién, como, cuando se responde por el pago de los laudos arbitrales y demás deudas y/u obligaciones?

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