¡Lo hacemos posible!
La historia de las Unidades Tecnológicas de Santander, es un viaje a través de logros significativos y avances notables. Sin duda, ocuparían más de una edición impresa de nuestro tabloide. Sin embargo, resulta esencial destacar ciertos aspectos de esta trayectoria, para comprender el destacado momento que vive este prestigioso establecimiento de educación superior. Así, como su creciente posicionamiento en el ámbito nacional.
Fundada oficialmente el 23 de diciembre de 1963 mediante la ordenanza número 90, esta institución inició sus labores académicas al año siguiente, adoptando inicialmente el nombre de Instituto Tecnológico Santandereano. Su propósito primordial estuvo enfocado en preparar a las personas para el proceso de producción y la gestión de personal que exigía la naciente industria nacional.
Sin embargo, su verdadero proceso histórico inició en 1988 con la instauración de la Escuela de Artes y Oficios de Bucaramanga, destinada a instruir conocimientos teóricos y prácticos en estas áreas; confiriendo al personal capacitado el grado de maestro, oficial y obrero.


Inicialmente concebida como una Institución pública financiada con las rentas departamentales y compelidas a brindar educación gratuita; propósito que no se cumplió plenamente, la insolvencia del Departamento hizo que la Institución también se sostuviera con auxilios del Gobierno Nacional, con ayudas filantrópicas de particulares y con el dinero recaudado por la comercialización de los productos que allí se fabricaban; ocasionando su cierre temporal en varias ocasiones.
En 1986 la Institución pasó a llamarse Unidades Tecnológicas de Santander (UTS). La obligación según el Decreto 80, de designar Unidad a las dependencias académicas que integraban las instituciones Tecnológicas, determinó la nueva asignación.
Avanzada la década de los noventa se inició la construcción de una planta física propia en la Ciudadela Real de Minas. Se aperturaron nuevos programas tecnológicos, especializaciones tecnológicas; En Equipo Electromecánico, Tecnológica en Sistemas de Información Geográfica y la Tecnología en Telecomunicaciones. De igual manera, se formalizó el convenio con la Universidad Distrital Francisco José de Caldas para el ofrecimiento del ciclo nivelatorio de profesionalización en Ingeniería en Control Electrónico e Instrumentación.

Durante los dos últimos años del siglo XX, Colombia experimentó una gran crisis económica, fue así que en 1999 delegados del Ministerio de Hacienda contemplaron su cierre. Por lo anterior, el gobierno departamental modifico las directivas de la institución las cuales plantearon varias estrategias, entre ellas, para superar el déficit económico se propuso el incremento del valor de la matrícula para todos los estudiantes, estableciéndose en un salario mínimo legal, mensual y vigente.
Superados estos escollos en el 2007, con la implementación de la ley 749 de 2002, inicio el proceso de redefinición académica y en el 2008, se abrieron sedes en San gil y Vélez. En el 2010 se abrió la sede de Barrancabermeja.
Sin lugar a duda, desde nuestra perspectiva, el desarrollo más significativo y de mayor alcance misional, se genera desde el 2015 al presente con la llegada del profesor Omar Lenguerke Pérez. Sí, “profesor”, aunque cuenta con un impresionante currículum que incluye un Doctorado en Ciencias en Ingeniería Mecánica de la Universidad Federal de Río de Janeiro (COPPE/UFRJ) en Brasil, así como un Posdoctorado en Robótica y Diseño de Máquinas Mecatrónicas. Para él, el título más representativo es el de “profesor”, una designación que lo ha acompañado desde sus inicios como docente en la institución que hoy lidera.


Desde su llegada a la rectoría de las UTS, podemos afirmar que la institución adoptó un enfoque más humano, centrando sus esfuerzos en mejorar la calidad de la educación y elevando la calidad de vida de la comunidad educativa. Una de sus primeras acciones, el 7 de octubre de 2015, fue lograr la aprobación ante la Asamblea de Santander para aumentar las transferencias de 3.500 a 8.000 salarios mínimos legales vigentes, cuyo resultado en pesos es una cifra cercana a los 5 mil 200 millones de pesos para el año 2016. Con este aporte se logró reducir los costos de matrícula y, eventualmente, alcanzar hoy en día, la gratuidad total en la educación para los más de 26.500 estudiantes UTS, de los cuales cerca del 97% son de estratos socioeconómicos 1, 2 y 3.
Bajo su liderazgo, se han llevado a cabo importantes avances en la apertura de nuevos programas tecnológicos y profesionales, logrando la acreditación institucional de tres de ellos, además la certificación en alta calidad del campus central. Así mismo, la construcción y apertura de nuevas sedes educativas en diferentes municipios de Santander. También la implementación de parqueaderos gratuitos para los estudiantes, oferta muy valiosa para los mismos, lo que refleja su compromiso con la accesibilidad y el bienestar de toda la comunidad educativa.
Es evidente que su gestión ha representado un hito significativo en la trayectoria de la institución, con un enfoque claro en el desarrollo integral de la educación superior en la región. Sin embargo, como él mismo reconoce, el éxito no es solo suyo, sino del equipo de trabajo que lo respalda: desde el área de infraestructura y recursos físicos, pasando por el área administrativa, hasta el talento humano, docentes y cada uno de los miembros de la comunidad educativa Uteista.
¡La comunidad educativa reconoce los avances, logros y la dedicación del profesor Lengerke. Su esfuerzo colectivo está transformando la educación y generando un impacto positivo en la vida de muchos estudiantes en Santander.